miércoles, 31 de julio de 2013

Curiosidades para el verano II (El Higo Chumbo)


Para seguir dándole vidilla al blog antes de retomar las cenas en Septiembre, nos ocuparemos hoy de un alimento de lo más veraniego. El higo chumbo.
                                      

Como tantas otras frutas, ésta es una de las que los españoles trajeron del Nuevo Mundo. Hay por tanto un antes y un después en su historia, pues durante su etapa como alimento exclusivo de América tuvo tanta importancia como la que después adquirió al ir viajando por el mundo.
Su aparición estelar en la historia según diversos códices precolombinos (el códice Mendoza entre otros) fue exactamente, el 26 de Julio de 1325. En ese preciso instante el peregrinaje de los antepasados de los aztecas tocó su fin, pues habían alcanzado su particular tierra prometida.
Según les inspiró su dios Huitzilopochtli, una señal les indicaría el lugar donde fundarían la capital de su futuro imperio, esa señal era un águila que devoraría una serpiente reposando, precisamente, sobre una chumbera. Como era de esperar, todos los elementos se dieron cita en una pequeña isla del lago Texcoco, dando origen así a la ciudad de Tenochtitlan.

                            
 
 
 
El júbilo no fue para menos. Nada más verlo el sacerdote Cuauhtlaquezqui dijo:
“(..) Aquí estará perdurable nuestra ciudad de Tenochtitlan! El sitio donde el águila grazna, en donde abre las alas; el sitio donde ella come y en donde vuelan los peces, donde las serpientes van haciendo ruedos y silban! ¡Ese será México Tenochtitlan, y muchas cosas han de suceder.”
                             
 
Y tanto que sucederían cosas… Para empezar la escena se convirtió en insignia de la ciudad, y de hecho hoy sigue siéndolo en la bandera de México, y además entre otras tantas cosas también sucedió la llegada de  unos extraños personajes dignos de sus frecuentes profecías.
De hecho se les tomó como tal, y aunque terminaron por descubrir que eran tan humanos como ellos, ya era demasiado tarde, Hernán Cortés y sus hombres habían llegado al corazón mismo del imperio.
Curiosamente el primer europeo que nos habla de esta planta fue uno de los españoles que cambió su nombre original por un término nauhuatl. Hablamos de Fray Motolina (antes conocido como Fray Toribio de Benavente) El cambio de tan zamorano nombre se explica por el significado de Motolina, que viene a ser algo así como “el pobrecillo” o “el que da lástima”. Fray Toribio como era un franciscano de pura cepa aceptó con gusto el mote y fue desde entonces conocido con su nombre nahualt.
                                                 
 

Es quizás por ello, tuvo cierto acceso a las costumbres, tradiciones y gastronomía de los pueblos que en su expedición fueron descubriendo, hasta que finalmente llegó a  toparse con la chumbera, a la que denomina como “tuna”, una palabra de origen precolombino con la que la fue conocida durante un tiempo.
Aunque también se le llamó “higuera de indias” o “higuera de San Gabriel” pero finalmente triunfó chumbera. ¿Y de dónde viene tal palabra?
No se debe, a como alguna mente enrevesada ha ya podido pensar, que “chumbo” sea una corrupción de “chungo” y que las espinas de este fruto les den fama de maleantes a estos higos frente a los ya conocidos en Europa, rotundamente no.  El origen es mucho más sencillo.
Como la chumbera no dejaba de ser un cactus, contaba con una gran ventaja en el mundo marinero, ya que plantas vivas como Ésta aguantaban con a penas la brisa del mar. Sus frutos además eran efectivos contra el escorbuto, así que no tardó en convertirse en una planta famosa en el mundo de la navegación.
                                  
                             
Un ambiente este de los marineros, en el que los frutos fueron asociados a los chumbos, es decir, las piezas de plomo que rodeaban las redes de pesca. De ahí que se les llamase chumbos y en consecuencia a su planta, chumbera.
Lo que no tiene sentido es llamarles higos, cuando biológicamente nada tienen que ver los cactus con las higueras, pero bueno eso se podría decir, que resulta es un tema un tanto espinoso.
Pero ¿quién sabe? Si la chumbera ha sido capaz de adaptarse sin problemas al clima mediterráneo quizás pueda adaptarse a otra nueva denominación. Los siglos nos dirán.

 

jueves, 20 de junio de 2013

Curiosidades para el verano. (Chocolate)


El Monasterio de Piedra y el chocolate.

 
Múltiples son las anécdotas que rodean este bellísimo lugar al sur de la provincia de Zaragoza. Sus impresionantes cascadas y sus mágicos rincones lo hacen un lugar verdaderamente idílico, sin embargo no todo el mundo repara en que si se llama “Monasterio de Piedra” no es solo porque las aguas que lo bañan son las del río Piedra, si no porque también hay un monasterio cisterciense lleno de secretos e historias muy del gusto de nuestro blog.
 
 
 

El edificio ya de por sí es una maravilla, a la que se le añade el mérito de haber sido construido en tan solo 23 años (desde 1195 hasta 1218), aunque bien es cierto que al construirse sobre una fortaleza árabe anterior, el abastecimiento de materiales fue muy sencillo.

Pero no nos detendremos en su magnífica sala capitular, ni las estancias en las que vivió y murió el escritor Jerónimo de Passamonte (enemiguísimo de Cervantes y a quien algunos atribuyen el Quijote apócrifo de Avellaneda). Nos situaremos en uno de esos lugares que en ocasiones pasa desapercibido en los grandes edificios de nuestro patrimonio. Las cocinas.


Allí bajo el oscuro hollín que tiñe toda la sala, se encuentran las chimeneas y los fogones donde se cocinó por primera vez en Europa… el chocolate.  
 
El descubrimiento de tan extraña bebida fue anotado ya por Cristóbal Colón aunque que no dio ninguna importancia a esa bebida que llamaban  “xocolatl”, sin embargo el verdadero impulsor llegaría unos años más tarde.

Se trataba del monje cisterciense Jerónimo de Aguilar, compañero de aventuras de Núñez de Balboa y tiempo después de Cortés. Este ecijano vivió todo tipo de aventuras en el recién descubierto Nuevo Mundo, allí sufrió un naufragio, sobrevivió a los ataques de los indígenas e incluso vio como el otro único superviviente de la expedición (Gonzalo Guerrero) se hizo indio mezclándose con la población autóctona y combatiendo incluso a sus antiguos compatriotas españoles.

Jerónimo de Aguilar por su parte se sumó a las filas de Hernán Cortés cuando éste desembarcó en el continente. Jerónimo que llevaba arduos años viviendo con los indios se convirtió de inmediato en un perfecto traductor, y gran conocedor de la cultura mexica.

Tanto es así, que se percató de que esa espesa bebida que Colón había despreciado, aportaba una importante dosis energética a la alimentación. Haciendo que los propios nativos considerasen al cacao como una planta otorgada por los dioses.


Conocedor de esas ventajas Jerónimo de Aguilar mandó varios sacos de cacao al abad de un monasterio que como él, pertenecía a la orden del Cister, ese lugar no fue otro que el Monasterio de Piedra, donde los ayunos y las duras tareas del campo se hacían más llevaderas con un sorbito de chocolate.

Al principio resultaba algo amargo, pero poco a poco el ingenio de los monjes aragoneses lo hizo endulzar, primero con miel y a posteriori con azúcar. Quedaba así una bebida dulce, fortalecedora en invierno y dulce acompañamiento en los postres del verano.
 
De esta manera cambió para siempre la repostería mundial, donde se añadió chocolate en virutas, cremas, láminas, coberturas y deliciosos bombones. Se abrieron establecimientos exclusivos donde el aroma de este nuevo alimento fue seña de identidad. El simple chasquido de la tableta al partir una onza sigue haciendo recordar a muchas generaciones, felices momentos de su infancia. 
 
En definitiva, una riquísima cantidad de ventajas que hicieron que el chocolate se extendiese por Europa a una velocidad tan solo comparable, con la que muchos lectores alcanzaran al ir en busca de esa tableta que anda escondida en la despensa.

 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Lectura recomendada.

No son muchos los libros que sobre este tema se han escrito, pero los volúmenes publicados al respecto son una verdadera maravilla.
Por ello nada mejor que recomendar “Embajador a la corte del Gran Mogol” escrito a finales del siglo XVI por el padre Antoni de Montserrat y reeditado en el siglo XXI por Josep Lluís Alay.
Es un libro ciertamente asombroso en el que el jesuita Antoni de Montserrat, se embarca en una peligrosísima aventura en pos de evangelizar al rey Akbar (abuelo de Shah Jahan, constructor del Taj Mahal).
Sus viajes por la India, Pakistán, Afganistán y Cachemira son una fuente inagotable de costumbres, descripciones, gentes y lugares que Montserrat describió con fascinación. Narrando como todo lujo de detalles cimas, cordilleras, valles ríos e incluso animales que se consideraban fantásticos.
Es en definitiva un libro con el que se viaja sin moverse del sitio, pues la edición que la Editorial Milenio nos presenta está plagada de fotografías de los documentos originales, mapas de la ruta e instantáneas de los mismos lugares que Montserrat visitó (salvo que a cuatro siglos de distancia) El esplendor de los palacios en ocasiones se ha visto engullido por la exuberante vegetación pero en otros los paisajes, bazares y pueblos parecen haberse detenido desde aquel entonces.
En definitiva, un libro que merece la pena disfrutar aunque no sea del todo fácil encontrar.  

domingo, 28 de abril de 2013

Nos vamos a Asia.

Ya tenemos planeada la siguiente cena de A comerse el mundo. Y si os sorprendieron las curiosidades, los datos, y los personajes tan singulares que intervinieron en el descubrimiento de América. Preparaos para conocer a los españoles, más intrépidos, sagaces e interesantes que viajaron por el continente asiático. Fueron los primeros europeos en llegar a muchos enclaves, pero poca gente lo conoce. Uzbequistán, La India, Tibet, Japón...
Ha llegado el momento de que sus aventuras vean la luz.

¿Hay otro Madrid en Asia?

Con motivo de la próxima cena de A comerse el mundo, que versará sobre los descubridores de Asia. Os dejamos un interesante artículo que puede que os sorprenda, ya que por sorprendente que parezca... si, existe un Madrid en Uzbekistán, en las inmediaciones de Samarcanda, ¿Pero qué sentido tiene? ¿A qué época se remonta su origen?
Pues bien, como en muchos otros casos la razón se debe a un intrépido viajero. Hablamos de Rui González de Clavijo, un madrileño que como recuerda una placa conmemorativa vivió en la castiza Plaza de la Paja.


Este madrileño embajador de Enrique III (El Doliente) tuvo la nada sencilla misión de realizar una embajada hasta el actual Uzbekistán en busca de la corte del Gran Tamerlan. Sin embargo este insólito viaje tenía una razón de ser, que se remontaba unos años atrás, cuando otros dos embajadores castellanos; Payo Gómez de Sotomayor y Sánchez de Palazuelos, (gallego uno y posiblemente segoviano el otro) viajaron hasta la corte de Bayaceto I, líder indiscutible de los otomanos.

El miedo al avance turco por Europa fue lo que incitó al rey de Castilla a enviar aquella primera expedición, sin embargo las sorpresas que depara el destino hicieron que la embajada cambiase de rumbo a raíz el 20 de julio de 1402 cuando las tropas de Bayaceto El Rayo, mascaran el polvo ante la derrota que les propinaron un extraño pueblo venido de oriente, los mogoles.
Liderados por Amir Temür-lang, más conocido como Tamerlán, los mogoles suponían una alianza perfecta para el rey de Castilla. Un socio político con el que poco a poco ir estrechando el cerco a los turcos por oriente y por poniente.
La pericia diplomática de Gómez Sotomayor y Sánchez de Palazuelos les hizo cambiar rápidamente de objetivo y la embajada destinada en su origen a negociar con Bayaceto I pasó a ser una embajada al gran Tamerlán.
Ambas partes quedaron satisfechas con la idea de derrotar al enemigo común, acordando futuras embajadas que uniesen nuevos lazos entre castellanos y mogoles. Y así fue como en 1403 una nueva embajada capitaneada por el madrileño Rui González de Clavijo partió rumbo a Uzbequistán, donde tras un fascinante viaje por el Mediterráneo, Turquía, Siria... los castellanos llegaron a la impresionante Samarcanda. Una ciudad de ensueño donde pasaba sus últimos días el líder más emblemático de toda Eurasia.
La embajada castellana no llegó a tiempo y los planes se vieron truncados por la muerte de Tamerlan, sin embargo tan exótica misión fue apreciada por los habitantes de Samarcanda quienes en su imparable crecimiento urbanístico otorgaron el nombre de Madrid a una de las poblaciones aledañas a Samarcanda, y que por la deformación fonética de seis siglos hoy llaman Motrudí.

Miguel Zorita.

                                Samarcanda.









sábado, 6 de abril de 2013

"A COMERSE EL MUNDO" EN LA RADIO.

Hoy 6 de abril, Mar Romero en su programa "Mesa y Descanso" (Gestiona Radio) ha tenido el gusto de invitarnos para charlar de este proyecto histórico-gastronómico.
Seguro que disfrutareis de unos minutos de buena compañía y excelente conversación con Miguel Zorita (nuestro historiador de cabecera) y María Pérez (propietaria del Chiscón de Castelló).


Haz click aquí para oir el audio.

martes, 5 de marzo de 2013

EMPEZAMOS.



Como ya venimos anunciando, la noche del jueves día 11 de abril, será la primera entrega de “…A comerse el mundo”, una serie de cenas en las que descubriremos la historia oculta en los alimentos hallados por  los españoles en sus múltiples viajes por el mundo.
Empezamos con “El descubrimiento” donde se darán cita hallazgos gastronómicos que cambiaron la historia desde el mismo año de 1492, e incluso antes, pues en esta primera entrega desentrañaremos no pocos misterios ocultos tras alimentos precolombinos, mapas, y otras tantas cuestiones que harán las delicias de todos los aficionados a la historia. ¿Cuáles fueron los primeros alimentos descubiertos? ¿Había constancia de ellos en  Europa? ¿Quiénes fueron los primeros en probarlos?
Ahh y estad atentos. Anuciaremos próximas sorpresas.



EMPEZAMOS.



Como ya venimos anunciando, la noche del jueves día 11 de abril, será la primera entrega de “…A comerse el mundo”, una serie de cenas en las que descubriremos la historia oculta en los alimentos hallados por  los españoles en sus múltiples viajes por el mundo.
Empezamos con “El descubrimiento” donde se darán cita hallazgos gastronómicos que cambiaron la historia desde el mismo año de 1492, e incluso antes, pues en esta primera entrega desentrañaremos no pocos misterios ocultos tras alimentos precolombinos, mapas, y otras tantas cuestiones que harán las delicias de todos los aficionados a la historia. ¿Cuáles fueron los primeros alimentos descubiertos? ¿Había constancia de ellos en  Europa? ¿Quiénes fueron los primeros en probarlos?
Ahh y estad atentos. Anuciaremos próximas sorpresas.



LECTURAS DE SOBREMESA (1ª Parte).

Diario de abordo.
Una de nuestras secciones habituales será una recomendada lectura de algún libro que profundice en los temas tratados.

En este caso nos ocuparemos del Diario de Abordo, escrito técnicamente por Cristóbal Colón aunque en la práctica sabemos que no fueron sus manos si no otro autor (o autores como también se propone) los que dieron forma aquella narración sobre el primer viaje en la Mar Océana.

Fray Bartolomé de las Casas, o Hernando Colón son los posibles orígenes de este peculiar libro, donde se narran detalles tan sorprendentes como interesantes. El hallazgo de sirenas, la caída de curiosas luces celestes, e incluso el misterioso encuentro con hombres de aspecto europeo en las tierras recién descubiertas.

Una lectura muy recomendable y de fácil acceso, dadas las múltiples ediciones publicadas.

 
 

lunes, 4 de marzo de 2013

PARA IR ABRIENDO BOCA.



Muchas son las curiosidades entorno a estos hallazgos gastronómicos, y precisamente esos detalles nos explicarán el porqué de nombres, usos, e incluso creencias sobre los alimentos encontrados en nuevos mundos.


-¿Intentó dulcificar un franciscano la agobiante persecución a la que le sometía la inquisición descubriendo la vainilla?

-¿Es un buen momento, cuándo el cronista de la expedición llama “puercoespín” a su barco (de tantas flechas como lleva clavadas) para probar la mandioca?
-¿Qué cara se le queda a uno cuando va a buscar los fastuosos tesoros de “El Dorado” y se encuentra una patata?


-¿Por qué los británicos llaman “Turkey” (turco) al pavo, cuando en realidad lo trajeron los españoles de América? ¿No sería más correcto llamarle “D´inde”(de Indias) como hicieron los franceses? ¿Justificaría esto que se masculinizase tal palabra por Dindon?



-¿Qué hospital español comenzó a cocinar los tomates, mientras en Europa se veían como ornamentos de jardinería? ¿Lo consideraron familia de las manzanas (pommes) los italianos, para darle el apelativo de pommo d´oro al verlos “dorados”al verlos madurar?



-¿Probo por primera vez un español el café yendo en busca del país de los Reyes Magos?

LOS ADELANTADOS.


Los protagonistas de este proyecto, que son siempre los comensales, tendrán la oportunidad de seguir los pasos de grandes viajeros y descubridores, aquí ofrecemos una pequeña lista de la descubridores de alimentos, se han convertido casi en imprescindibles para nuestra mesa.
PEDRO PAEZ JARAMILLO. Nacido en Olmeda de las Fuentes (por entonces Olmeda de las Cebollas), Madrid, 1564. Muerto en Gorgora, Etiopía, 25 de mayo de 1622.
Jesuita y aventurero, además de arquitecto e historiador, zoólogo y botánico.
Sus trepidantes aventuras le llevaron a Etiopía, no sin antes, sufrir cautiverios, secuestros y viajes secretos disfrazado de comerciante armenio. Fue el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul en 1618. Este descubrimiento geográfico fue atribuido años después a un escocés, en cualquier caso, sus aportes gastronómicos también quitarían el sueño a más de uno.

GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA. Nacido en algún lugar ignoto de España en 1509. Muerto Colombia, 16 de febrero de 1579.
Abogado de la Real Audiencia de Granada, explorador y conquistador de Nueva Granada .
Fundador de la actual ciudad de Bogotá (Colombia) en 1538. Capitaneo varias expediciones, en la última, siendo ya un anciano, se convirtió uno de los sesenta y ocho supervivientes de los mil novecientos hombres que iniciaron el viaje. No lograron regresar con grandes riquezas pero el descubrimiento de un alimento desconocido en Europa hasta aquel entonces, erradicó el hambre durante siglos.
FRAY JERÓNIMO DE AGUILAR. Nacido en Écija (Sevilla) en 1489. Muerto cerca del Río Pánuco, Nueva España en 1531.
Subdiácono de la orden del cister. Náufrago en varias expediciones acompañando incluso al descubridor del Océano Pacífico, Núñez de Balboa. Preso de los mayas en Yucatán, interprete de Hernán Cortés durante la conquista de México.
Su tumba se encuentra en un lugar desconocido, sin embargo una receta enviada al abad del Monasterio de Piedra (Zaragoza). Cambió para siempre la repostería Europea, un nuevo dulce acababa de aparecer.
FRANCISCO DE ORELLANA. Nacido en Trujillo (Cáceres) en 1511. Muerto en algún lugar de Brasil en 1546.
Explorador y conquistador, compañero (y posible pariente) de Pizarro, gobernador de la provincia de Culata (Ecuador) y como tal reconstructor la ciudad de la ciudad de Guayaquil . Capitaneo una expedición en la que él y sus hombres fueron combatidos por aguerridas mujeres a las que llamaron Amazonas. Sin saberlo, estaba dando nombre al río más caudaloso del planeta. La miseria y la falta de alimento en aquel viaje acabaría provocando que Orellana y los suyos probasen alimentos que por miedo, ningún europeo había tomado antes.
FRANCISCO DE JASSO AZPILCUETA. También conocido como San Francisco Javier. Nacido en Javier (Navarra) 7 de abril de 1506. Muerto en la isla de Sanchón (China) 3 de diciembre de 1552.
 
Militar durante su juventud, y estudiante en la Sorbona de París, entró a formar parte de la recién creada Sociedad de Jesús, fundada por su amigo Ignacio de Loyola. Sus misiones y aventuras le llevaron hasta las tierras más ignotas tanto de China como de Japón.
 
La observancia de sus hombres al respetar la carne durante la “tempora ad quadragesimae” (tiempos hacia la cuaresma), les hizo crear uno de los platos fundamentales de la comida nipona.

¿QUÉ ES "A COMERSE EL MUNDO"?


“…A comerse el mundo” es un proyecto en el que la cultura, y la cocina se aúnan, para acercarnos de una forma más intensa a la historia. Cenas basadas en los ingredientes claves de las expediciones, descubrimientos y aventuras de personajes fascinantes, (muchos de ellos, desconocidos u olvidados por el público en general).
 
Una noche de cada mes, tendrá lugar un evento especial, en el que además de disfrutar de la deliciosa cocina y el inigualable ambiente del restaurante “El Chiscón de Castelló”(http://www.elchiscon.com/), aprenderemos de la mano de Miguel Zorita (Licenciado en Bellas Artes y experto en el Siglo de Oro http://www.miguelzorita.com/) de la mucha información histórica que puede haber en el plato que estamos comiendo.
Una nueva forma de ver la comida, y una forma distinta de conocer nuestra historia, en un viaje fascinante plagado de aventuras, que seguro que nos dejan, con un buen sabor de boca.
Una experiencia en la que aprenderemos a cambiar de contiente solo con girar el plato, y recordaremos el nombre de un aventurero, cada vez que tomemos algún postre.

Solo queda por nuestra parte, invitarles a... ¡Comerse el mundo!

 
Ciudad de Praga, mencionada por primera vez en la historia
Ibrahim Ibn Jakub, nacido en el siglo XI en Tortosa (Tarragona)

viernes, 1 de marzo de 2013

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Relativizando el pesimismo de estos días, uno puede sentir nostalgia de tiempos pasados. Sin embargo con la expresión “..A comerse el mundo” queremos impulsarnos en un tiempo en el que tampoco era nada fácil llegar lejos, y sin embargo se llegó.

Personajes que supieron luchar contra los problemas más curiosos que nos podamos imaginar, consiguiendo que hoy día, todos disfrutemos de sus triunfos en forma de descubrimientos gastronómicos.
 
Alimentos, especias y otros tantos ingredientes presentes en nuestras recetas, nos servirán de pasaporte para conocer las aventuras de los hombres que salieron dispuestos “a comerse el mundo”.

No faltará el misterio, las intrigas, ¿y por qué no? algún toque de humor, que también lo hubo.



Mexico en el Planisferio Anónimo de 1530 (Museos Vaticanos).